La convocatoria a paritarias ahora es mala palabra para la Asociación de Prensa, cuando el año pasado era su caballito de batalla. ¿Por qué? Las razones son muchas y claras, pero primero veamos qué es esto.
Las paritarias son una herramienta legal que permite sentar en la misma mesa a representantes de los trabajadores y de las empresas, con el arbitrio del Ministerio de Trabajo de la Nación, para discutir todos los asuntos relacionados con la actividad, o sólo algunos de ellos, según cómo sea convocada. Las resoluciones tienen carácter de ley, y deben ser respetadas por las partes. Vale aclarar que NUNCA una resolución puede hacer ir en contra de lo conseguido previamente por los trabajadores. Tampoco es cierto que impida el avance de las negociaciones ya iniciadas.
Entre las razones por las que ya no les resulta “conveniente” a las autoridades de nuestro gremio son claras. Por un lado, las paritarias conllevan un alto nivel de movilización y organización de los trabajadores. Deben decidir, designar delegados paritarios… participar. Y eso no le conviene a quienes pretenden mantener las cosas como están y gozar de los beneficios de una estructura poderosa económica y políticamente.
Otro punto importante surge de una pregunta: ¿a quiénes beneficia y a quiénes perjudica la convocatoria a paritarias? Por supuesto que apuntan a mejorar la situación de los trabajadores, tanto en la cuestión salarial como en las condiciones laborales en general. Y perjudica a esos empresarios que tienen empleados en negro, que no hacen los aportes provisionales y sociales. De esos, en Tucumán, tenemos demasiados, y también en los medios de comunicación. Para esos empresarios es mucho más fácil arreglar con los dirigentes y no someterse a un escalafón que seguramente hará que sus ganancias empiecen a ser menores. Redistribución de las riquezas, se llama eso.
En el caso de Tucumán, empresas como El Siglo, El Tribuno, El Periódico, las radios AM y FM, y los canales de cable, tendrían que equiparar los salarios de sus empleados con los de las empresas más estables y fuertes de la provincia.
La pregunta encontró su respuesta.
Por Facundo Pereyra, miembro de la CTP.
5.3.08
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