12.4.07

Grave ataque a un colega: escribe Julio Valenzuela


San Miguel de Tucumán, 12 de abril de 2007.

Estimados colegas:

Aquí les adjunto copia de la denuncia efectuada anoche a las 22hs. Que fue ratificada y ampliada a las 8 de hoy en la fiscalía Xº (la copia de la ratificación y ampliación aún no está en mi poder).
Creo que a muchos de ustedes les consta que no es de mi agrado llegar a esta instancia.
Sin embargo, también creo que todo tiene un límite. Ese límite, para mí, ayer lo traspuso Mauro Castagneri con su desaforado intento de golpearme. No voy a explayarme sobre el hecho en sí –todo está en la denuncia y la ampliación de hoy- pero siento la necesidad de que sepan que:
a) Lo ocurrido no se trató de un simple altercado callejero. Fui agredido gratuitamente sin que mediara palabra, saludo o gesto alguno de mi parte –como no medió palabra, saludo o gesto de mi parte para con Castagneri en los últimos 4 años.
b) Fui golpeado y amenazado a viva voz por este hombre que parecía preso de un absoluto estado alterado de conciencia.
c) El hecho ocurrió en plena tarde de ayer en la vereda de Casa de Gobierno –a metros de Blue Bell-, lo que demuestra la sensación de impunidad con la que se maneja quien es el actual funcionario público. Este, además, a los pocos minutos -supongo que mas calmo y mejor asesorado- llamó a los medios para darles su "versión" de los hechos. Claro que absolutamente falsa.
d) A diferencia suya, yo concurrí a un estudio jurídico, busqué un abogado, efectué la denuncia y recién tomé contacto con algún colega bien pasadas las 22hs cuando todas las redacciones conocían la versión del funcionario público.
e) Muchos de ustedes están al tanto, y me lo hicieron saber, que el señor Castagneri se encontraría molesto conmigo –ahora qué duda cabe- por los artículos que escribí en noviembre del año pasado
respecto del manejo de los fondos para publicidad por parte del gobierno.
f) Nada tiene que ver, según mi apreciación, mi condición de ex funcionario público: renuncié indeclinablemente al cargo de subsecretario de Información Pública a comienzos de 2002 después de obtener un pequeño gran logro: el funcionamiento y posicionamiento social de www.tucuman.gov.ar como una herramienta de transparencia gubernamental.
Por último, espero que lo ocurrido no nos distraiga de lo verdaderamente importante: Que la información pública sea pública. Que el dinero público sea manejado con criterio público. Que los
funcionarios públicos tengan actitudes transparentes y tengan el coraje suficiente para admitir sus debilidades o enfermedades. De lo contrario, ayer habrá triunfado el patoterismo, la mentira y la
cobardía como síntesis perfecta de los tiempos que vivimos.

Julio Valenzuela

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