El gremio de los trabajadores de la comunicación de Tucumán nos incomunica. No sólo hace oídos sordos a los pedidos de información sobre el estado de cuentas, beneficios especiales o el padrón de afiliados, sino que les ponen trabas a quienes tienen algo para decir.
Empleados de La Gaceta le habían solicitado a los delegados que se hiciera una asamblea en el diario para saber qué ocurrió con Silvio Jaime, el empleado de la Obra Social despedido hace siete días. Los delegados gestionaron la autorización correspondiente, hicieron la convocatoria e invitaron a Jaime para que dé su versión de lo ocurrido.
Pero horas antes de la realización de la asamblea, el personal de seguridad de la empresa avisó que no había autorización para la reunión. Extraoficialmente se supo que dos directivos de la APT pidieron que se impida la realización de la asamblea, y La Gaceta, para evitar quedar en medio de una supuesta puja gremial, retiró el permiso.
Para los empelados de La Gaceta conocer los detalles de lo ocurrido con Jaime es importante. Lo conocen desde que atendía solo la pequeña oficina gremial en Congreso al 800. Su padre fue empelado de la empresa, y su hermano sigue trabajando en el diario. Por eso, y por los rumores que circulan respecto de los motivos de su despido, era necesario escucharlo. Muchos pretendían que después de esta reunión, se hiciera una similar con autoridades de la O.S., para conocer las dos campanas.
Pero para los directivos, evidentemente, cuanto menos se hable de lo que hacen, mejor.
28.4.08
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